Oración de la Edad Media
Oración de la Edad Media
Esta oración de la Edad Media es de autor desconocido. La Edad Media fue un periodo de gran espiritualidad dónde florecieron grandes santos de la Iglesia Católica. Ejemplo de ello son San Agustín de Hipona o San Francisco de Asís.
Su título “Sólo en tu corazón está mi esperanza”.
Sólo en Tú corazón está mi esperanza
Señor Jesús,
Salvador misericordioso y compasivo.
Luz venida a nuestras tinieblas.
Samaritano inclinado sobre nuestras heridas.
Tú que dices a la viuda de Naím: “No llores más”.
Tú que, lleno de bondad, esperas al hijo pródigo.
Corazón sin rencor que acoges a Pedro el renegado
y a Pablo, el perseguidor inconsciente.
Amigo de los hombres.
Tú que te enfadas cuando se desprecia a los pequeños.
Tú que maldices a quienes los oprimen.
Tú que intercedes ante el Padre por tus verdugos
y prometes el paraíso a ladrón arrepentido.
Tú que devuelves la vista al ciego Bartimeo,
cuyos gritos suplicantes querían silenciar.
Corazón compasivo con toda miseria.
Tú que no descartas a nadie
y que tocas las llagas de los leprosos,
la lengua de los mudos y los oídos de los sordos.
Bondad infinita que excluye toda maldad.
Corazón inaccesible al egoísmo,
que olvidas las injurias y siempre estás disponible.
Ternura y delicadeza de todos los que aman,
amistad segura y constante.
Tú que lloras sobre tu amigo Lázaro,
y sobre Jerusalén que se siente abandonada.
Pon en mí tu amor, tu bondad, tu dulzura,
hazme compartir tus alegrías y tus deseos…
Hazte presente en mi corazón, en mis labios y en mi mirada.
¡Escucha mi oración, Señor Jesús, luz de mis ojos!
Hazme tal como tú quieres que sea.
Sólo en tu corazón está mi esperanza.