7 frases del Papa Francisco sobre los chismes

Los chismes, el enemigo dentro de la Iglesia

El Papa Francisco ha hablado en numerosas ocasiones del tremendo daño que hacen los chismes dentro de las parroquias y la gravedad del pecado que cometen quienes los alimentan y difunden. Son una gangrena en el cuerpo de Cristo, la Iglesia, que apesta y espanta a la gente.

7 frases del Papa Francisco sobre los chismes:

1- “Una comunidad donde hay chismosos, es una comunidad incapaz de dar testimonio”

¿Quien querría entrar a formar parte de una comunidad donde se despellejan unos a otros?. Los bautizados que no asisten a la iglesia habitualmente lo tienen muy claro, mejor cuanto más lejos, cuando ven como se comporta la lengua de algunos feligreses habituales. Y los ateos se parten de risa ante el lamentable espectáculo.

No se trata tanto de salir a las periferias a buscar a los alejados. Se trata de no alejarlos con nuestro comportamiento y que huyan a las periferias.

2-“Sí tu tienes algo contra alguien vas y se lo dices en la cara o se lo dices al párroco.  Pero no entre ustedes. Este es el signo que el Espíritu Santo está en una parroquia”.

En muchos casos, el interesado es el último en enterarse de lo que cuentan a sus espaldas. Esto impide que pueda defenderse de aquello de lo que le acusan. Más grave todavía es que sea mentira. Porque el boca a boca genera una distorsión de la realidad que la exagera, o porque directamente, el chisme se ha inventado para destruir la reputación de alguien.

3-“Lo que destruye, como el gusano, una comunidad, son los chismes, hablar a las espaldas”.

El daño hecho al honor y buen nombre de una persona mediante los chismes, más aún si son falsos, es irreparable. Como el gusano que devora una fruta desde dentro y la echa a perder.

4-“Una parroquia donde no hay chismes es una parroquia perfecta, es una parroquia de pecadores, sí, pero de testigos”.

Todos tenemos pecados, imperfecciones que hay que corregir. Pero no es lo mismo hablar con el hermano, advertirle de sus fallos, (ya sabemos que es más fácil ver la paja en el ojo ajeno, que la viga en el nuestro), que ponerlo en evidencia delante de la comunidad, pero detrás de su espalda.

El testimonio cristiano ante los demás es muy distinto dependiendo de nuestra forma de actuar.

5-“quien en su corazón odia a su hermano es un homicida. asesina al hermano y a la hermana con la lengua”.

El 5º mandamiento no se refiere solamente a matar físicamente a alguien. Los chismes matan la reputación de las personas, y hasta incluso, su compromiso y pertenencia a una comunidad creyente. ¿Cuantos colaboradores de parroquias las abandonan porque no soportan el ambiente irrespirable de los chismes?.  Es el bullyng parroquial. Se marchan antes de que Caín acabe con ellos. El odio visceral hacia un hermano denota la poca importancia que el Señor tiene en la vida de una persona. Donde está el Señor no hay envidias ni celos, hay hermandad.

6- “Las divisiones comienzan con la lengua de los que siembran cizaña, por envidia, celos y también por cerrazón. La lengua es capaz de destruir una familia, una comunidad, una sociedad, de sembrar odio y guerras”.

 

7-“Hacemos tres cosas: Desinformamos: decir solo la mitad que nos conviene y no la otra mitad; la otra mitad no la decimos porque no es conveniente para nosotros. En segundo lugar está la difamación: Cuando una persona realmente tiene un defecto, y ha errado, entonces contarlo, hacer de periodista. Y la fama de esta persona está arruinada. Y la tercera es la calumnia: decir cosas que no son ciertas. Eso es también matar a su hermano. Todas estas tres: la desinformación, la difamación y la calumnia son pecado. Esto es darle una bofetada a Jesús en la persona de sus hijos, de sus hermanos”.

El apóstol Santiago, en el tercer capítulo de su carta, dijo: “Somos capaces de poner el freno en la boca al caballo. También una nave, con un pequeño timón, puede ser guiada, y nosotros, ¿no podemos dominar la lengua?. Es un miembro pequeño, pero se gloría de hacer grandes cosas”.

San Felipe Neri puso como penitencia, a una mujer que confesó haber murmurado, que cogiese una gallina y la desplumase por el barrio. Al día siguiente volvió la mujer a por la absolución, con la gallina ya desplumada. San Felipe le dijo: “todavía no, ahora vaya por el barrio y recoja todas las plumas”. Es imposible recoger las plumas, como es imposible restituir el daño causado por los chismes.

Más rezar y menos hablar

Un cristiano que realmente lo sea, debería volver la mirada hacia el Señor. Poner su interés en cumplir el primer mandamiento, y de esta forma no cometer el quinto. Antes de hablar piensa si lo que vas a decir daña a alguien o a la comunidad, piensa en las consecuencias y en lo que te motiva a decirlo. Que tu boca sea un instrumento para dar mayor gloria al Señor, no para desgarrar el Cuerpo de Cristo, que es su Iglesia, con los azotes de tu lengua.


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