Oración para la curación interior
El dolor que llevamos a cuestas.
¿Por qué una oración para la curación interior?.
Cada cual sabe en su interior los dolores y sufrimientos que soporta su alma, muchas veces fruto del pecado, otras veces resultado de aquellos malos trances que nos han tocado a lo largo de nuestra vida. Malas experiencias, que aunque parecen olvidadas, han ido dejando huella en nuestra forma de ser y actuar.
No somos piedras, somos sensibles y cada suceso nos obsequia con una herida o, en el mejor de los casos, una sonrisa. Curar las heridas es vital para un estado mental saludable y una correcta relación con el prójimo.
Jesús es Dios hecho carne. Vino al mundo y experimentó todos los dolores que nosotros experimentamos y muchos más. Por tanto, rogarle a Él en nuestro sufrimiento es rogar a alguien que nos comprende y nos ama, y que gracias a su naturaleza divina está en condiciones de consolar y curar.
De eso trata esta oración. Es una súplica de sanación de nuestro interior con el deseo de convertirnos en personas nuevas, limpias y testigos alegres del amor de Dios.
Oración para la curación interior:
Señor Jesús, tú has venido a curar los corazones heridos y atribulados, te ruego que cures los traumas que provocan turbaciones en mi corazón, te ruego, en especial, que cures aquellos que son causa del pecado.
Te pido que entres en mi vida, que me cures de los traumas psíquicos que me han afectado en tierna edad y de aquellas heridas que me los han provocado a lo largo de toda la vida.
Señor Jesús, tú conoces mis problemas, los pongo todos en tu corazón de Buen Pastor. Te ruego, en virtud de aquella gran llaga abierta en tu corazón, que cures las pequeñas heridas que hay en el mío.
Cura las heridas de mis recuerdos, a fin de que nada de cuanto me ha acaecido me haga permanecer en el dolor, en la angustia, en la preocupación.
Cura, Señor, todas esas heridas que, en mi vida, han sido causa de raíces de pecado.
Quiero perdonar a todas las personas que me han ofendido, mira esas heridas interiores que me hacen incapaz de perdonar.
Tú que has venido a curar los corazones afligidos, cura mi corazón.
Cura, Señor, mis heridas íntimas que son causa de enfermedades.
Yo te ofrezco mi corazón, acéptalo, Señor, purifícalo y dame los sentimientos de tu Corazón divino. Ayúdame a ser humilde y benigno.
Concédeme, Señor, la curación del dolor que me oprime por la muerte de las personas queridas.
Haz que pueda recuperar la paz y la alegría por la certeza de que tú eres la Resurrección y la Vida.
Hazme testigo auténtico de tu Resurrección, de tu victoria sobre el pecado y la muerte, de tu presencia viviente entre nosotros. Amén.